La ausencia de dientes en el maxilar y/o la mandíbula provoca que el resto de dientes se muevan e incrementa el riesgo de aparición de caries y de problemas periodontales.

Una de las consecuencias de la pérdida de dientes es la falta de estimulación del hueso, con disminución gradual de dicho hueso; eso provocará otros problemas asociados como modificaciones de la posición de los dientes en el maxilar o la mandíbula y modificaciones de los dientes próximos a una zona sin dientes.

La duración de un tratamiento de implantología basal es, a diferencia de otras intervenciones, más rápida. En la mayor parte de los casos el paciente puede tener colocada la prótesis fija tan sólo 3 días después de la intervención.

Después de las sesiones de estudio, estudio radiológico, estudios de los modelos que reproducen su boca, estudios del escáner, estudios de las pruebas médicas, solo una sesión de cirugía es normalmente programada para una arcada completa.

La prótesis de transición con dientes de resina es un paso muy importante para que su hueso pueda acostumbrarse y aguante las nuevas fuerzas que recibirá a través de sus implantes, por eso le llamamos a veces fijador externo o puente provisional.

Este paso permite también validar la estética y la forma definitiva de sus encías antes de colocar la prótesis final de circonio varios meses después, una vez recuperado una masticación correcta.

Hay casos con pocos implantes o un implante donde habrá que esperar algunos meses antes de colocar la prótesis de transición de resina. En otros casos la implantología basal necesita la fijación de los puentes provisionales (fijadores externos) con dientes de resina después de 2-3 días posteriores a la cirugía. Es el tiempo que se tarda en fabricarlos.

Cada caso es único y diferente y requiere ser tratado con estudio previo individual, serio y preciso.

El tiempo que el paciente llevará este puente fijo, como ya avanzamos antes, oscila entre los 3 y 5 meses mínimos previos a la colocación de la prótesis final de zirconio.

La estética de las prótesis sobre implantes es única e individual, cada paciente tiene problemas y necesidades diferentes, por ese motivo el paso previo a la cirugía es el estudio pormenorizado de las prioridades estéticas del paciente, las formas, los colores, etcétera.

Centramos toda nuestra atención en el resultado que desea conseguir y, en función de los estudios que realicemos sobre su estructura y morfología ósea, le aconsejaremos la solución más adecuada y podrá ver una simulación para visualizar cómo será el resultado final del tratamiento. Meses más tarde, en el momento de colocar la prótesis final, también podemos ajustar algunos detalles para mejorar el resultado deseado si fuera necesario.

En la mayor parte de los casos el cuerpo humano acepta bien los implantes, ya sean dentales o de cualquier otra zona del organismo, sin embargo es una posibilidad que no se puede descartar.

No es frecuente que exista un rechazo con un implante dental, pero si eso sucediese el cirujano puede proceder a reemplazar el implante por otro.

Cuando es necesaria la reconstrucción total del maxilar o de la mandíbula pueden existir algunas zonas óseas de menor calidad para colocar implantes. No es un problema, la solución es reemplazarlo si fuera necesario y que el nuevo implante se beneficie del resto de implantes para soportar las fuerzas presentes en toda la boca si hay suficientes implantes. No temas, no afectará al resultado final.

La implantología basal no es un concepto de marketing para atraer pacientes, se trata de una especialidad dentro de la implantología dental. Requiere una validación quirúrgica y protésica acreditada por un diplomado universitario de Implantología Basal. La técnica necesita un aprendizaje específico y regular que se adquiere con la práctica continua a lo largo de los años.

Si ya ha tomado la decisión de optar por implantes basales asegúrate bien de que el profesional está acreditado y posee la experiencia necesaria (como cualquier profesional en sus respectiva especialidad).

La implantología basal exige operar zonas de atrofia ósea y los casos a tratar suelen ser muy complejos, como consecuencia la colocación de implantes no está sujeta a los mismos requisitos que los de una cirugía convencional.

Sí, durante los 3 primeros años es necesario realizar controles cada 6 meses. Pasado este período el paciente debe revisar sus implantes anualmente.

El mantenimiento debe ser practicado durante los 3 primeros años por implantólogos con experiencia en implantología y no por otros profesionales odontológicos sin conocimientos adecuados. Sólo la formación y cualificación específica de la técnica permitirá que los controles se desarrollen con todas las garantías para el paciente.

Pasados esos 3 primeros años se recomienda que el paciente siga optando por un profesional en implantología basal para realizar los controles, aunque existe la posibilidad de que su odontólogo se comunique con el profesional basal para proporcionar las mejores condiciones de seguimiento y mantenimiento.

Con el objetivo de prestar el servicio más adecuado, su tratamiento de implantes será atendido por el Dr Cotten, a lo largo de todo el proceso (desde el estudio preoperatorio, pasando por la colocación de la prótesis hasta el seguimiento postoperatorio).

Sólo el tratamiento y seguimiento por parte del mismo profesional le garantizará el conocimiento en profundidad de su caso particular y, en consecuencia, las mejores soluciones a largo plazo.

La arcada completa del maxilar o la mandíbula son 14 dientes (sin contar las muelas del juicio).

Los dientes poseen una o más raíces en función de su ubicación y función; esa es la razón por la que los molares, responsables de ejercer mayor fuerza en la masticación, tienen 2 o más raíces.

La sustitución de dientes con implantes trata de replicar esos factores naturales, por eso mientras que un incisivo o canino requiere la colocación de un único implante, un molar puede necesitar dos o incluso un implante específico capaz de soportar la fuerza de la masticación

En consecuencia a todo lo expuesto y según las condiciones anatómicas del paciente, una arcada completa del maxilar o la mandíbula que contenga entre 7 a 12 implantes será más fiable y estable a largo plazo, parecido a lo que tenía cuando todos los dientes estaban en su boca.

El peligro de los implantes es que no tiene propiocepción ni es consciente de la fuerza que ejerce. Cuando pide implantes es porque ha perdido dientes, tiene dientes removibles y, por lo tanto, ha perdido fuerza muscular

Para una mandíbula sin dientes, es necesario reemplazarlo con implantes con el fin de tener suficiente soporte para la prótesis dental completa.

Pocos implantes logran reemplazar 14 dientes con más de 30 raíces y compensar la fuerza mandibular a largo plazo.